Museo del Prado, Puerta de Velázquez




Friso Museo del Prado, Madrid




 El edificio del museo del prado fue inicialmente concebido por José Moñino y Redonde, Conde de Floridablanca y, secretario del rey Carlos III. En principio, funcionó cómo Gabinete de Historia Natural, pensadas por la nueva mentalidad de la ilustración. La reurbanización del paseo llamado Salón del Prado, fue diseñada por el arquitecto Juan de Villanueva, quién fue autor del cercano "Jardín Botánico". El proyecto arquitectónico fue aprobado en 1786, significó la culminación del Neoclasicismo Español.

La construcción se desarrolló durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, el edificio quedo prácticamente finalizado a principios del S.XIX. Aunque, durante la guerra de independencia, fue destinado a fines militares cómo cuartel de caballería. Como consecuencia, el edificio quedo prácticamente en ruinas. Fernando VII comienza un proceso de recuperación sobre el edificio en 1818.

Una vez terminada la construcción del edificio, se comenzó a diseñar la decoración exterior. Se colocó un gran friso sobre la puerta oeste, la que se abre a el Paseo del Prado y que desde finales del pasado siglo se llama "Puerta de Velázquez" por la estatua situada en frente a la puerta con motivo de su centenario.

El friso obra diseñada y comenzada por Ramón Barba (1767-1831) , escultor que paso casi veinte años en Roma, académico 1823, segundo escultor de cámara 1828 y primer escultor de cámara 1830- Presentó el boceto en 1829, el vaciado en yeso lo hizo José Pagniucci y Baratta(fines XVIII-1871) y Barba lo ejecutó entre 17 de agosto de 1830 y el 2 de abril de 1831. A lo largo de la realización del relieve trabajaron bajo la dirección de Barba: Diego Hermoso, Ponciano Ponzano, Francisco Pérez, Juan Possi, Paulino Rossi y Miguel del Rey. Barba fallecía en 1831 sin haber concluido el relieve.

En 1840 José Tomas y Genevés, segundo escultor de cámara  y restaurador de las esculturas del Museo, terminó su colocación en junio de 1842.

El diseño de Barba desarrolla la Alegoría de Fernando VII como protector de las ciencias, artes y técnicas. Presidido por el rey con el traje de gala de la Real y distinguida Orden de Carlos III. De manera detallista, presenta el collar del que pende la placa de cuatro brazos y la capa, la esclavina
o muceta de seda y una amplia gola a la antigua. Porta, como parte del traje de ceremonia, un sombrero liso redondo , de copa y ala corta, que era de terciopelo azul celeste y decorado con tres plumas blancas. Apoya los pies sobre un escabel y luce zapatos a la antigua usanza española, que eran de cabritilla blanca con lazos azules. La figura del monarca, con la bengala de mano, se recorta sobre el fondo de un amplio cortinaje. Es, en definitiva, una representación de la protección de Fernando VII a las Ciencias y las Bellas Artes. A la izquierda, arrodillada, la Arquitectura y tras ella, de pie, la Pintura -que sujeta el retrato de la difunta segunda esposa del rey, Isabel de Braganza, fundadora junto a Fernando VII del Real Museo de Pintura - y la Escultura. En el extremo izquierdo , Clío, la Historia, escribiendo sobre la Alegoría del Tiempo, junto a Urania, representando las ciencias. A la derecha del monarca, bajo la inspiración de Minerva como la diosa de la Sabiduría, aparecen, con sus respectivos atributos, Apolo, como dios de la poesía, Neptuno y Mercurio, que representan las cualidades del educador, la razón y la elocuencia, que se han querido identificar como inspiradoras de las decisiones del soberano.









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